En el competitivo mundo del motociclismo estadounidense, pocas marcas han logrado construir una historia tan singular como Buell. Esta firma se ha mantenido como símbolo de innovación, desafiando las normas establecidas con cada modelo que lanza. Hoy la marca vuelve a ser foco de atención con una propuesta que combina mucha potencia y un diseño refinado: la nueva Super Cruiser, una motocicleta que no pudo tener mejor nombre, revolucionando el concepto de las motos de este segmento pero con un toque de modernidad y estilo único de la marca.
Fundada en 1983 por Erik Buell, ex ingeniero y piloto de Harley-Davidson, la compañía nació con la intención de romper las reglas y redefinir lo que una motocicleta americana podía ser. Buell apostó por la tecnología y la originalidad, implementando soluciones técnicas, como el uso del chasis como depósito de combustible o los frenos de disco perimetrales, buscando siempre un equilibrio entre rendimiento y diseño.
Visualmente, la Super Cruiser impone. Su carenado tipo café racer, el tanque de aluminio expuesto y las líneas robustas evocan una mezcla entre muscle bike y moto de carreras. El resultado es una estética agresiva y moderna con detalles que la hacen reconocible desde cualquier ángulo. Diseñada en colaboración con Roland Sands, esta motocicleta busca capturar el espíritu de los chasis FXR de los años ochenta, pero reinterpretado con la precisión y el carácter técnico de Buell.
Equipada con un V-Twin de 1,190 cc a 72 grados refrigerado por líquido, con 175 caballos de fuerza y 135 Nm de torque, acoplado a una caja de seis velocidades. Con apenas 225 kilos en orden de marcha, la Super Cruiser cuenta con una relación peso-potencia única dentro de su categoría.
El chasis tubular de acero reemplaza al tradicional de aluminio de las Buell deportivas, ofreciendo una postura más baja y relajada, sin sacrificar rigidez. En el apartado de suspensión, equipa una horquilla invertida y un amortiguador trasero ajustable, mientras que los frenos garantizan una respuesta contundente, apostando por doble disco delantero y pinzas radiales Brembo.
Las ruedas de 17 pulgadas montan neumáticos deportivos Dunlop Q5, lo que mejora la agilidad en curva. Con una altura de asiento de poco más de 77 cm, la Super Cruiser ofrece una posición cómoda, con la posibilidad de adoptar una postura de ataque, necesaria para exprimir esos 175 caballos.
La llegada de la Super Cruiser simboliza el regreso definitivo de Buell a la primera línea del motociclismo. Con un precio estimado en Estados Unidos de 25,900 dólares y producción prevista para comenzar en el segundo semestre de 2025, este modelo apunta a competir directamente con las grandes cruisers americanas, ofreciendo una propuesta más liviana, potente y mucho más audaz.