La pasión por la ruta, el polvo de los caminos y el espíritu de hermandad volvieron a encenderse con la celebración del vigésimo aniversario del Acapulcazo, la travesía insignia del Club Toluca Aventura Extrema (TAE). En esta edición, más de 150 participantes se lanzaron a la aventura con sus ATV, UTV y Side by Side, recorriendo más de 650 kilómetros de terracería que los llevaron desde Metepec, Estado de México, hasta las icónicas playas de Acapulco.
La ruta comenzó el 26 de agosto, cuando los pilotos se reunieron en el hotel sede para los últimos ajustes antes de la partida. Al amanecer del jueves, los motores comenzaron a sonar desde tempranas horas de la mañana para emprender la ruta, atravesando paisajes que combinaban la majestuosidad del Nevado de Toluca con la calidez de los poblados mexiquenses. La primera gran parada fue en Totolmajac, Villa Guerrero, donde autoridades y habitantes recibieron a los pilotos con alimentos típicos y música, antes de continuar hacia Ixtapan de la Sal y cruzar la frontera hacia Guerrero. En Pilcaya y Tetipac, la fiesta continuó con el entusiasmo de los lugareños que convirtieron el paso de la caravana en un auténtico carnaval. El primer día culminó en Iguala, luego de más de 150 kilómetros recorridos, con un recibimiento oficial que incluyó música y hospitalidad.
El segundo día, la caravana se dividió en grupos para avanzar hacia Chilpancingo, donde se instaló el campamento. El recorrido estuvo marcado por postales inolvidables, como el imponente puente Mezcala-Solidaridad, obra de ingeniería que cruza el Río Balsas, el cual los aventureros pudieron admirar en varias etapas del trayecto. Una jornada que combinó fiesta, emoción y la calidez de las comunidades guerrerenses que aguantaban el paso de los vehículos con música y regalos.
La etapa final fue la más exigente, y al mismo tiempo, la más memorable. La ruta llevó a los pilotos a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, en la sierra de Guerrero, regalando vistas espectaculares de todo el valle, antes de descender rumbo a la costa. La llegada a Acapulco fue al caer la noche, con los pilotos agotados, pero con la satisfacción de haber completado la ruta. El sábado, durante la comida de clausura frente al mar, los participantes celebraron el cierre de esta edición histórica, con la oportunidad de disfrutar la playa bajo el sol, coronando 3 días de aventura inigualable.
Con 20 ediciones a sus espaldas, el Acapulcazo se ha convertido en una tradición que trasciende lo deportivo. Es una experiencia que mezcla turismo, cultura y adrenalina, proyectando el nombre de Toluca Aventura Extrema como referente nacional en rutas todo terreno. Este recorrido es una fiesta sobre ruedas que ha sabido consolidarse como un clásico en el calendario off-road de México, inspirando a nuevas generaciones a sumarse a la aventura.
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