El Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina vuelve a sorprendernos con la edición 23 de Autoclásica, la exposición más importante de vehículos históricos del Cono Sur. Este evento se llevó a cabo en el Hipódromo de San Isidro, en donde más de mil vehículos entre autos, motos y utilitarios se reunieron para rendir homenaje a la pasión mecánica y al arte de la restauración.
Aunque su nombre sugiere un protagonismo automovilístico, el Barrio de las Motos es un espacio que año tras año gana más relevancia y congrega a cientos de aficionados del mundo de las dos ruedas. Con más de 500 motocicletas exhibidas, la curaduría de este espacio destacó por su variedad de modelos, estilos y épocas, que fueron desde motocicletas de pre guerra hasta piezas icónicas de las décadas del 70 y 80.
Entre los modelos más admirados figuraron una Norton Manx 500 cuidadosamente restaurada, símbolo del motociclismo británico de competencia, y una BMW R69S que se llevó elogios por su mecánica y estética original. También destacaron una Harley-Davidson WL 750 de 1942, en impecable estado de conservación, y una Honda CB750 Four de 1970, considerada por muchos como el inicio de la era moderna del motociclismo. También hubo espacio para ejemplares de culto más recientes, como la Ducati 900 SS, la Yamaha RD350 o la Kawasaki Z1, modelos que marcaron generaciones enteras y hoy son verdaderas joyas de colección.
Uno de los momentos más esperados de la exposición fue el concurso de “Mejor Puesta en Marcha”, donde los motores cobraron vida ante el público. El rugido de las bicilíndricas, el pulso de las monocilíndricas inglesas y el característico ronroneo de las japonesas transformaron el lugar en una sinfonía nostálgica para los oídos de los aficionados.
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El jurado especializado valoró la fidelidad en la restauración, la conservación de piezas originales y la precisión técnica en el arranque. Además, la ambientación acompañó a la perfección: carteles antiguos, equipamiento de época y uniformes de pilotos completaron un recorrido sensorial que transportó al visitante a distintas eras del motociclismo.
Como parte del evento, se organizaron charlas sobre restauración, conservación y documentación histórica, así como desfiles temáticos donde modelos de distintas décadas compartieron pista ante miles de espectadores. Incluso se presentó un pequeño homenaje al Distinguished Gentleman’s Ride, movimiento global que combina el motociclismo clásico con la solidaridad.
Autoclásica demostró que es un evento que reúne a miles de aficionados a los motores, sin importar el número de ruedas, además de ser el reflejo de la historia de la ingeniería mecánica.