La vibra motera se apoderó de la ciudad con una celebración que mezcló la adrenalina del asfalto, música en vivo y el espíritu inquebrantable de la hermandad biker. Harley-Davidson Central CDMX llegó a su octavo aniversario y lo hizo con un evento que reunió a cientos de motociclistas, reafirmando la esencia de la marca: libertad, comunidad y el rugir de los motores.
El evento comenzó desde las 10 de la mañana, con espacios para la convivencia, un desayuno motero y la clásica vuelta en la rueda de la fortuna. Minutos más tarde, un espectáculo de acrobacias en motocicleta encendió la adrenalina antes de la esperada junta de pilotos. Al mediodía, el contingente inició la gran rodada por algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, recorriendo el Monumento a la Revolución y el Estadio Olímpico Universitario, hasta llegar al corazón de la celebración, la agencia de Harley-Davidson Central. En cada parada, los asistentes inmortalizaron el momento con fotografías grupales que reflejaban la unión de esta gran comunidad.
La tarde estuvo marcada por la música en vivo con la banda Basilisxcvs y diversas dinámicas que pusieron a prueba la destreza de los riders. Entre competencias y juegos, los asistentes acumularon puntos para participar en la subasta de artículos exclusivos de la marca, manteniendo la energía a tope y reforzando la camaradería entre veteranos y nuevos integrantes de la familia Harley.
El cierre no pudo ser más especial, a las 8pm se celebró la subasta oficial, seguida del tradicional pastel de aniversario. La jornada concluyó dejando claro que Harley-Davidson Central CDMX no solo ha recorrido 8 años de historia, sino que también ha forjado una comunidad sólida, donde la libertad y la pasión por rodar unen generaciones enteras de motociclistas.
Cabe destacar que este concesionario se ha consolidado como un punto de referencia en la capital para los amantes de las motos, ofreciendo modelos icónicos de la marca de Milwaukee y fungiendo como un espacio de encuentro donde se transmiten valores de tradición y fraternidad biker. Estos ocho años representan el crecimiento de una familia que ha logrado mantenerse unida en torno a una misma pasión, vivir la experiencia Harley-Davidson en cada kilómetro.
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