BENELLI EXPERIENCE II – DÍA 2: KILÓMETROS, GASTRONOMÍA Y LA ESENCIA DEL MOTOCICLISMO EN QUERÉTARO

La segunda jornada del Benelli Experience II en Querétaro inició bajo un cielo nublado y una ligera llovizna que acompañó la salida del grupo. Fueron 267 kilómetros los que nos llevaron desde Bernal hasta Zimapán, justo en los límites entre Querétaro e Hidalgo. El destino: el restaurante Sha n’ Adu, donde el equipo de Benelli ya esperaba al contingente con una paella recién hecha y bocadillos ibéricos que recargaron la energía de todos los participantes.

El trayecto hacia la presa de Zimapán ofreció algunos de los paisajes más imponentes de esta edición, especialmente durante el cruce de sus dos túneles, un escenario perfecto para aprovechar las capacidades de la Benelli TRK 502, la motocicleta turismo/doble propósito de la marca de Pesaro. Esta máquina, impulsada por un motor bicilíndrico de 500 cc, demostró nuevamente por qué es una de las favoritas del segmento: posición de manejo relajada, buena protección aerodinámica, suspensiones firmes y un comportamiento estable incluso en superficies húmedas y de tierra suelta. Su ergonomía nos permitió recorrer cientos de kilómetros con total comodidad, manteniendo un ritmo constante y seguro durante todo el trayecto.

Para el regreso hacia el Hotel de Piedra, decidimos intercambiar unidades con uno de los compañeros y realizamos el recorrido sobre la Benelli TNT 150i, la moto de menor cilindrada de toda la experiencia. La intención era clara: probar todas las sensaciones que la marca había puesto sobre la mesa durante estos días. Y aunque su motor de 150 cc evidentemente limita las prestaciones frente a modelos mayores, su comportamiento fue sorprendente. Conserva una estabilidad notable gracias a sus barras invertidas frontales, un detalle inusual en motocicletas de esta categoría, lo que se traduce en precisión en curvas y un manejo ágil y predecible. Para entornos urbanos, junto con la 180s, se reafirma como una de las opciones más equilibradas del catálogo de Benelli.

Tras un merecido descanso, la jornada cerró con la cena de clausura, ambientada con música en vivo y un escenario difícil de replicar: la Peña de Bernal completamente iluminada, un gesto excepcional del Hotel de Piedra que solo sucede los fines de semana. Este detalle reforzó el compromiso de Benelli con los participantes, cuidando cada momento para convertirlo en una experiencia única y memorable.

Así concluyó el segundo día del Benelli Experience II en Querétaro, un recorrido que combinó técnica, gastronomía, convivencia y la esencia del motociclismo de aventura. Con el ánimo renovado, quedó todo listo para el último día de actividades, que si bien ya no será sobre motocicletas, promete cerrar esta edición con el mismo espíritu especial que ha definido todo el evento.