Triumph ha actualizado sus Rocket 3 Storm R y GT, las Muscle Roadster que ya de por sí destacaban por su presencia musculosa y su impresionante estilo, combinados con las altas prestaciones del motor de mayor cilindrada del mundo visto en una moto de serie, que ahora ha sido renovado para ofrecer una mayor potencia y torque. También se les han agregado algunos componentes para hacerlas más agresivas.
El motor tricilíndrico conserva los mismos 2,458 cc pero se ha mejorado el rendimiento, ofreciendo ahora 182 hp a 7,000 rpm de potencia en vez de los 167 hp de antes, de igual forma se aumenta el torque de 221 Nm a 225 Nm a 4,000 rpm, estas mejoras proporcionan una aceleración explosiva con una respuesta inmediata del acelerador a cualquier marcha.
Por lo demás, conservan el resto de componentes de la versión anterior, de esta forma podemos ver los mismos ligeros rines de aleación de aluminio de 10 radios, de 16” en la parte trasera y 17” adelante, con acabados en negro. En el área de suspensiones vemos una horquilla delantera Showa de 47 mm y un monoamortiguador trasero ajustable.
Del frenado se encargan unas pinzas de freno Brembo Stylema tanto adelante como atrás. Para el apartado tecnológico podemos destacar el ABS y el control de tracción optimizados para curvas, los mapas de inyección intercambiables y un intuitivo control de velocidad que permiten al conductor explorar con confianza las prestaciones de la Rocket Storm 3.
Ambas motos se ofrecen en las mismas tres opciones de color, aunque con las tonalidades invertidas en el tanque de combustible. En general el diseño está conformado por una gran cantidad de detalles en negro o colores oscurecidos. Destacan también su nivel de atención al detalle, incluido el acabado en negro polvo del sistema de escape hidroformado y la admisión.
Hablando específicamente de la versión R, esta es una moto más deportiva, con un manillar adelantado, un asiento más elevado y posapiés ajustables en altura. Por otro lado, la GT está pensada para ofrecer una mayor comodidad en viajes largos, con un asiento cómodo y más bajo y un manillar y unos posapiés que permiten una posición de conducción más erguida.
